Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Samuel 12, 9-27

9 ¿Por qué has menospreciado a Yahveh haciendo lo malo a sus ojos,
matando a espada a Urías el hitita, tomando a su mujer por mujer
tuya y
matándole por la espada de los ammonitas?

10 Pues bien, nunca se apartará la espada de tu casa, ya que me has
despreciado y has tomado la mujer de Urías el hitita para mujer tuya.

11 Así habla Yahveh: Haré que de tu propia casa se alce el mal contra
ti. Tomaré tus mujeres ante tus ojos y se las daré a otro que se acostará con
tus mujeres a la luz de este sol.

12 Pues tú has obrado en lo oculto, pero yo cumpliré esta palabra ante
todo Israel y a la luz del sol.»

13 David dijo a Natán: «He pecado contra Yahveh.» Respondió Natán
a David: «También Yahveh perdona tu pecado; no morirás.

14 Pero por haber ultrajado a Yahveh con ese hecho, el hijo que te ha
nacido morirá sin remedio.»

15 Y Natán se fue a su casa. Hirió Yahveh al niño que había
engendrado a David la mujer de Urías y enfermó gravemente.

16 David suplicó a Dios por el niño; hizo David un ayuno riguroso y
entrando en casa pasaba la noche acostado en tierra.

17 Los ancianos de su casa se esforzaban por levantarle del suelo, pero
el se negó y no quiso comer con ellos.

18 El séptimo día murió el niño; los servidores de David temieron
decirle que el niño había muerto, porque se decían: «Cuando el niño
aún
vivía le hablábamos y no nos escuchaba. ¿Cómo le diremos que el niño ha
muerto? ¡Hará un desatino!»


19 Vio David que sus servidores cuchicheaban entre sí y comprendió
David que el niño había muerto y dijo David a sus servidores: «¿Es que ha
muerto el niño?» Le respondieron: «Ha muerto.»

20 David se levantó del suelo, se lavó, se ungió y se cambió de
vestidos. Fue luego a la casa de Yahveh y se postró. Se volvió a su casa,
pidió que le trajesen de comer y comió.

21 Sus servidores le dijeron: «¿Qué es lo que haces? Cuando el niño
aún vivía ayunabas y llorabas, y ahora que ha muerto te levantas y comes.»

22 Respondió: «Mientras el niño vivía ayuné y lloré, pues me decía:

¿Quién sabe si Yahveh tendrá compasión de mí y el niño vivirá?

23 Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer
que vuelva? Yo iré donde él, pero él no volverá a mí.»

24 David consoló a Betsabé su mujer, fue donde ella y se acostó con
ella; dio ella a luz un hijo y se llamó Salomón; Yahveh le amó,

25 y envió al profeta Natán que le llamó Yedidías, por lo que había
dicho Yahveh.

26 Joab atacó a Rabbá de los ammonitas y conquistó la ciudad real.

27 Y envió Joab mensajeros a David para decirle: «He atacado a
Rabbá y me he apoderado también de la ciudad real.